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lunes, 18 de julio de 2011

La historia

Esta es la historia de una chica un tanto peculiar y muy diferente.

Siempre ha sido capaz de proteger a la gente que ama.  Y también de sacrificarse a si misma por alguien más.
Ella ama reír y divertirse. Tiene sueños y aun después de todo cree en el amor verdadero.
Ella ahora no es humana, fue convertida en una vampiresa y estuvo obligada a abandonar a su madre y amigos llenándole el alma de vacío.
Esta es mi historia.
 La historia de cómo aprendí a querer a un grupo de vampiros especiales y de cómo  me enamore de un humano siendo una vampiresa.
Al final, también me sacrifique por un vampiro.
Sentía como la sangre manaba de mi cuerpo y como mi corazón latía cada vez con menos rapidez.
Escuchaba el llanto desgarrador de Alex a mi lado, sonaba horrible y sumamente triste.
-Amy, aguanta por favor y no me dejes. No puedo estar sin ti, no te mueras. Te necesito -decía él mientras se aferraba a mi pecho moribundo.
Trate de luchar, pero el dolor era insoportable, no podía más.
Distinguí como Ángel tenía a todos mis hermanos, su familia, a Gabriel y a mí bajo su escudo.
Pero también sentí su cansancio, el escudo no aguantaría más.
Quería decir algo, pero no tenía fuerza para nada, así que hice mi último esfuerzo por recordar cosas bonitas, por ejemplo cuando mi mama me llevo a la pista de patinaje, me encanto ponerme los hermosos patines blancos y girar sobre el hielo.
También recordé la época en donde mis amigas y yo hacíamos fiestas de pijamas y nos divertíamos con cosas superficiales. La primera vez que vi a Gabriel. El beso con Alex. Las platicas con mis hermanos. Y por último la sonrisa de cada persona que yo amaba.
Sentí como me desvanecía poco a poco y como le energía dejo de fluir de mi.
Entonces simplemente, me fui.

domingo, 19 de junio de 2011

Desaparecer


Simplemente, esto era demasiado: Sookie, la traición, la confusión y nostalgia se infundieron en mi interior.
No podía dejar de luchar.
 No ahora.
Yo tenía una vida por delante, había cosas que jamás hice y tenía que realizar, por ejemplo siempre quise nadar con delfines y lanzarme en un paracaídas.
Y tampoco podía dejar morir a mi familia.
Estaba muy débil y cansada, sin embargo aun no me rendía. Diana y Paula aun hablaban de sangre y cosas desagradables.
Las sillas se movieron un poco. Nos tomamos de las manos, todos excepto Alex y Gabriel.
“¿Que ocurre aquí Amanda? No mencionaste que tus nuevas hermanitas eran unas locas”- mascullo Will
“Will, basta…”- respondió Nesa
“Chicos hay que salir de aquí”- dijo Gina
“¿No? ¿En serio?”- musito Will
“Está bien, en suficiente, chicos ¿Qué hacemos?” – dijo Ángel
“Tengo una idea muy buena: Ángel necesito que utilices toda tu energía en crear un escudo invisible, entonces Julie, con tu fuerza desata nuestras manos, Heath, con tu poder derrumba e inmoviliza a las chicas. Si algo sale mal, entonces Will y Adam nos cubren las espaldas mientras yo hago algo”- explique con cuidado
“Bien”- respondieron todos.
Ahora era hora de actuar.
Ángel hizo lo suyo. Creo un escudo invisible que lleno mi cuerpo de aire fresco y sensaciones cálidas.
Julie desato nuestras manos, o más bien hizo explotar la cuerda que las sujetaba.
Sentí una liberación en mis muñecas, ya nadie tenía atadas las manos, pero todos mantuvimos nuestras manos detrás de la silla como precaución. Heath estaba a punto de actuar cuando Gabriel puso sus manos sobre su cara para limpiar el sudor y las lágrimas. Paula lo miro.
-Diana, mira lo que tenemos por aquí, el chico se desato. Bien, creo que es hora de matarlo, al menos será un buen manjar, estoy hambrienta- NO.
 El NO.
Avance hacia Paula, tenía que detenerla y quitarle el cuchillo que tenía en la mano. Dina me alcanzo y golpeo mi rostro. Casi caigo al suelo. Paula estaba a punto de clavarle el cuchillo a Gabriel, cuando Alex se levanto de su silla y protegió a Gabriel de el arma.
Pero yo fui más rápida, no podía perderlos.
Llegue justo a tiempo para que la hoja del afilado cuchillo se hundiera en mi pecho. Sentí una punzada de dolor. Y después también sentí como desaparecía de este lugar.

domingo, 24 de abril de 2011

Las apariencias engañan

Jamás se me ocurrió pensar que ellas causaran este embrollo.

Paula me miraba con ojos maliciosos. Se veía igual que siempre.
Misma sonrisa y misma ropa linda. La diferencia radicaba en que en realidad, ella quería matarme a mí y a todos.
Y Diana. Jamás lo pensé de esa chica tan dulce.
Pero aunque no lo pensara, ahí estaba ella de pie junto a Paula con un enorme cuchillo reluciente en su mano.
Mire sus angelicales caras y recordé los enormes poderes que poseían.
Solo había un pensamiento racional en mi cabeza. Todos teníamos que salir de aquí.
-Lo sé, todos  deben de tener muchas dudas en sus huecas cabecitas ¿verdad? Yo soy muy caritativa y con gusto responderé todas sus dudas- dijo Diana.
Pensé con sumo cuidado el plan. Pero estaba segura de que no podría sola. Tenía que contarles a los demás, la pregunta era ¿Cómo?
-Se deben de preguntar que hacen aquí. Como saben todos aquí tiene capacidades especiales. Esa es la razón- no era cierto, mis hermanos no tenían esas capacidades. Un momento, eso era cierto a medias, los chicos tenían habilidades o capacidades especiales asombrosas, eso era de ayuda.
Tenía que avisarle a Julie por medio de mi pensamiento y mi aura el plan. Ella estaba junto a mí, una ventaja, solo necesitaba tener contacto con ella, tal vez tocando su mano.
-Como todos aquí sabrán Diana y yo fuimos convertidas hace ochenta años. Yo siempre odie ser una vampiresa. Contaba con un pequeño poder que no servía de nada.  Entonces, un día me encontré con Diana, ella me enseño como quitarle las capacidades especiales a los otros vampiros y hacer sus poderes nuestros. Matarlos era la única opción, después de matarlos teníamos que beber su sangre, no era agradable, pero si eficiente. Así que eso hicimos: viajamos por todos lados fingiendo ser buenas y estúpidas con algunos vampiros y así poco a poco nuestros poderes han estado creciendo. Es por eso que todos están aquí. Cuando Diana se encontró un día con Ángel y nos conto sobre su familia y de cómo todos tenían capacidades decidimos irnos con ellos. Y después nos mudamos aquí. Nos enteramos del poder de Amanda y Diana los manipulo a todos para que al final Amanda se quedara en casa. Sé que la familia de Amanda no tiene capacidades especiales, sin embargo cada uno de ustedes tienen dones que nos ayudaran- Las palabras de Paula me impactaron, pero me concentre en el plan. Teníamos que escapar. Primero necesitaba ver como estábamos alineados. La fila era así: Gabriel, Will, André, Alex, Gina, Nesa, Ángel, Meg, Adam, Heath, Julie y por ultimo yo.
Bien. Tocaría la mano de Julie y le avisaría el plan. Pero dejaría fuera del plan a Alex y  a Gabriel, era muy egoísta como para meterlos en un aprieto y perderlos. No podía vivir sin ellos. 
-Y el humano, bueno la razón es simple: él sabe lo que somos,  debe morir. Ya nos encargamos de su tonta hermana. Paula ¿Quieres traerla aquí? – dijo Diana.
-Claro- Paula saco algo de entre las sombras. Sookie. O más bien, el cuerpo de Sookie.
 Esta muerta, le habían cortado las venas.
 Su cuerpo estaba tieso y apestaba un poco. También tenía moretones y una gran herida en el cuello.
Las lágrimas resbalaron por mis mejillas, sabía que no podía llorar más, pero esto lo ameritaba. La animada y siempre sonriente Sookie ahora estaba pálida y demacrada.
 Mire a Gabriel. También lloraba, Gabriel la quería mucho y estaba sufriendo tanto o más que yo.
Empuje un poco mi silla a la de Julie, la mire y pude tomar con mi mano uno de sus dedos. Bien.
“Julie, tenemos que hacer algo”
“dime algo que no sepa, tengo la mente bloqueada Amy, Ángel debe estar destruido por la traición de Diana  y esa chica Sookie me agradaba”
“tengo un plan, toma la mano de Heath y dile que mueva un poco las sillas de los demás, después de eso hay que tomar nuestras manos y entonces podremos escucharnos mutuamente”
“¿No crees que sería sospechoso que todos estuviéramos tomados de las manos?”
“si lo hacemos por detrás ellas no lo sabrán”
“tengo miedo Amy”
“yo también Julie, pero tenemos que ser fuertes y estar unidos. Toma la mano de Heath”
 Julie tomo su mano y le conto del plan. Heath asintió con la cabeza y todas las sillas se movieron un poco. Esperaba que todo saliera bien, de lo contrario mi vida y la de las personas que amaba se terminaría.



martes, 15 de febrero de 2011

Bienvenida


Seguía siendo sábado, sin embargo todo había cambiado.

Diana y yo llegamos a casa y notamos que no se encontraba nadie ahí, al principio creí que estaban cazando o paseando por la ciudad, después me di cuenta de que no estaban en todo el sentido de la palabra.
Se habían ido o algo les había ocurrido.
Estaba preocupada. Llame un par de veces a mis hermanos para saber si no estaban con los chicos. Ninguno contesto su móvil.
-Amy, no sé donde están. Estoy hecha un manojo de nervios- mascullo Diana. Parecía estar pasándola muy mal, y no era la única. El pánico de no ver a Alex jamás me inundo el cuerpo y me dejo sin respiración.
-Concuerdo contigo- respondí yo. La expresión facial de Diana cambio.
-Creo que se donde se encuentran- mascullo ella
-¿Donde?
-Hay un sótano debajo de la casa, antes de que llegaras aquí bajábamos y armábamos partidas de juegos de mesa, ya sabes, tratábamos de entretenernos en algo y no causar daño. Deben de estar ahí jugando. Echare una ojeada y vuelvo ¿Vale?
-vale- Con estas palabras Diana fue al sótano.
Fui a mi habitación y trate de entretenerme con revistas viejas. Ahora que Diana había mencionado el sótano, la idea de que estuvieran ahí me lleno, estaban allí.
Lo sabía.
 Los minutos pasaron y Diana aun no regresaba. Me preocupe en exceso.
Así que me encamine a la puerta que conducía al sótano.
Abrí la puerta y mire las escaleras viejas que conducían a un pasillo oscuro, después de ese oscuro pasillo se encontraba el sótano.
Baje con cuidado las escaleras y camine con cuidado  por el pasillo.
El aire si hizo más denso y frio.
Alguien me tomo por detrás. Me retorcí en mi misma para soltarme, pero esa persona era fuerte en extremo.
Puso Tres vendas en mi cuerpo: La primera en mi boca, la segunda mis ojos y la ultima en mis manos.
 Me dejo inmovilizada por completo.
Hice el último intento de liberarme o al menos  de gritar pero todo fue en vano.
La persona que me inmovilizo me obligo a caminar hacia el sótano, me empujaba con dureza y lastimaba mi cuerpo.
No podía ver ni oír nada, solo mis propios pasos.
Ese alguien me sentó en una silla incomoda. Amarro mis manos detrás de la silla con una cuerda muy dura.
Me quitaron la venda de la boca. Grite. O más bien, trate de gritar, por que no salió ningún sonido de mi boca.
 Me quitaron la venda de los ojos. Mire mí alrededor.
Yo era la última de una fila.
Todos estaban aquí, Mi familia. Los chicos.
Alex y Gabriel. Todos atados a una silla tal como yo.
Voltee mi vista a ver quién nos había encerrado.
-Bienvenida- dijo una voz familiar

lunes, 17 de enero de 2011

Oscuridad POV Alex


No había luz .Todo aquí eran sombras y una oscuridad espeluznante que calaba los huesos.
La habitación olía a sangre fresca humana.
 No sabía dónde estaba o que ocurría.
Recuerdo estar en mi casa con mi familia. Y después, nada.
Solo tenía dos certezas:
La primera: Toda mi familia estaba en esta habitación oscura, podía reconocer su olor particular.
La familia de Amanda también estaba aquí.
E incluso ese humano irritable llamado Gabriel.
La segunda certeza era que Amanda no estaba aquí. No sabía si eso era bueno o malo. Estaba feliz de que mi dulzura de chica no estuviera en este infierno. Pero ¿Qué tal si era ella la que sufría el infierno en realidad? La sola idea me aterraba.
  Aun así, quería saber donde se encontraba Amy.
Eso me tenía muy nervioso y preocupado. La necesitaba. Ahora. Tenía un feo vacio en el estomago que me estorbaba.
Yo estaba atado a una silla, había intentado moverme, pero no podía. La cuerda que sujetaba mis brazos tenía algún tipo de magia. Tampoco podía hablar, no había nada material como cinta adhesiva o un trapo que cubriera mi boca. No sabía por qué no podía abrir la boca, pero simplemente no podía gesticular ni una sola palabra.
Escuchar el silencio aquí era espantoso. Saber que mi familia estaba a unos metros de aquí lo hacía peor. “Amanda, Amanda, Amanda” Pensé sin cesar, como si su nombre me tranquilizara. Pero solo me ponía más preocupado.

Escuche pisadas.
Las luces se encendieron y por fin pude mirar las caras de nuestros captores.

lunes, 10 de enero de 2011

Pasado


Ahora me dirigía con Diana a visitar a mi familia, Se podría decir que no era en realidad una visita puesto que no los saludaría, ni les hablaría, solo pasaría por la casa de mi mama, a la escuela y nos iríamos.
Pero en realidad no me interesaba que no fuera a saludarlos ni abrazarlos, verlos a lo lejos era suficiente para mí.
Hoy solo era sábado. Mañana podía hacer miles de cosas con todos los chicos y también con mis hermanos.
Y ya había arreglado el malentendido con Julie y Paula acerca de “mi humano” Ellas no hablaban de Gabriel, si no de mi maestro de historia, yo le tenía mucho respeto, por que era genial. Alex quería poner tachuelas en su asiento. Pensé que era algo infantil no decirme tal broma y más infantil que Alex le hiciera eso, pero tenía que aceptar a Alex tal y como era, después de todo ahora salíamos. Y ya era oficial.
Diana conducía muy bien, a decir verdad. Iba rápido, pero sin exceder la velocidad. Yo quería llegar rápido, por que tenía la necesidad de ver a todos. Ya.
-¿Diana tu también visitas a tu familia?- pregunte con curiosidad.
-Lo hacia
-¿Por qué no lo haces ahora?
-bueno, me convirtieron hace 87 años, mis amigos y parientes están muertos- Ups, que tonta fui. Pensé que Diana se enfadaría  conmigo por hacer esa clase de pregunta o tal vez soltaría una lágrima, pero no lo hizo, se concentro en mirar la carretera con nostalgia. 
-lo siento
-no tienes por qué hacerlo, suena duro, pero también te pasara a ti en un par de años.
-no tiene por que
-¿disculpa?
-puedo convertir a mi familia y también a mis amigos.- Esa idea rondaba mi cabeza desde siempre, podía hacerlo yo misma, y todo sería como antes. Tendría a mama e incluso a un par de amigos. Y a Gabriel.
-ojala todo fuera tan fácil Amanda, pero no lo es
-Claro que lo es
-no, eso piensas tu, yo lo intente, pero no funciono. Cuando era humana tenía una amiga con la que era muy unida, la quería como si fuera una hermana, la visite cuando era una vampiresa, pensé que se emocionaría al verme, pero el impacto de verme viva en su habitación hizo que tuviera una crisis nerviosa. No lo intentes Amy.
-Pero… si trato de convertir a alguien que me conoce ahora, como…
-Gabriel
-si- dije en un susurro- Me avergonzaba admitirlo, y aunque quisiera a Alex, no podía olvidar fácilmente a Gabriel.
-no Amy. No lo intentes. Llegamos.- Era cierto, estábamos justo en frente de mi casa. Bueno, la que había sido mi casa.
Una nostalgia enorme embargo  mi ser. Contuve las lágrimas e inhale aire para tranquilizarme. Diana puso su mano en mi hombro.
-¿Estás bien?
-Y sabes…no brinco de alegría, pero tampoco estoy al borde de la muerte.
-te entiendo
-La ventana está ahí, mama debe estar en la sala ahora. – juntas llegamos a la ventana. Me acerque lentamente y mire dentro.
Mama estaba en el sofá. Se veía diferente ahora.
 Seguía teniendo ese cuerpo que no parecía pertenecerle a alguien de cuarenta años, más bien parecía pertenecerle a alguien de dieciocho. Su cabello teñido y ondulado tenía el mismo largo de siempre. Vestía igual, pero en su mirada había un dolor latente.
No estaba sonriendo y parecía sin vida. Me dolió tanto verla así que no pude contener una lágrima.
 Quería tocar el timbre, entrar a  mi casa y abrazarla fuerte. Ella miraba el televisor y comía cereal. Parecía incompleta y desdichada.
Mama perdió a mi padre. Y ahora, también me había perdido a mí.
Pero yo estaba viva y no dejaría que ella sufriera, avance hacia la puerta cuando Diana tomo mi brazo con fuerza.
-No Amanda. Es hora de irnos. Ahora vamos a tu escuela.- me subí  de mala gana al coche. Algún día vendría yo sola a ver a mama. Era una promesa.
Cerré los ojos mientras Diana conducía. Paro. Me dio unos lentes de sol.
El olor de mi viejo colegio capto mi atención. Estábamos estacionadas al otro lado de la calle, pero podía ver cada uno de los rostros de los alumnos que ahora iban a sus casas. Me puse lo lentes de sol para que nadie me reconociera.
Entonces vi a mis tres mejores amigas: Samanta, Con sus ojos azules y risos rubios, Sara, Alta y atlética  y Rachel, despistada y adorable.
Estaban con un chico que reconocí al instante, el también era amigo mío. Su nombre era Oliver, era un chico muy bien parecido con una personalidad divertida y sencilla.
El era uno de los pocos sujetos que valían la pena en el colegio. Respetaba a las chicas y era inteligente.
 Cada una de sus miradas expresaban nostalgia, pero aun así reían. Me alegre al contemplar que no eran tan infelices. Solo había algo raro en ellos.
Todos tenían un dije con dos alas de Ángel. Una de esas alas tenía grabado mi nombre.
No quería ver más.
-Diana ¿podemos irnos?- Ella no dijo nada, solo arranco en auto.
Y así me despedí de mi pasado. Sabía que más bien no era una despedida, si no una hasta luego.  
-¿Demasiado duro?- pregunto Diana después de un rato
-si- conteste yo.

viernes, 31 de diciembre de 2010

2011 :)

Hola a todos :D
Aquí en blogger, nunca puedo desearles felices fiestas, siempre estoy fuera y no puedo conectarme a internet, pero hoy tengo tiempo suficiente para publicar así que, aquí me tienen (:
De todo corazón, espero que este sea NUESTRO año, estoy segura de que todos sus deseos se cumplirán,  sean felices hoy y siempre, y muchas gracias por ser parte de mi 2010, me han enseñado cosas maravillosas, y aunque ustedes no lo sepan me han ayudado y apoyado más que algunos “amigos” y honestamente los quiero a todos y cada uno de ustedes.
Tengan un 2011 hermoso.
XoXo
Grecia